En estos días que corren, nuestras vidas han sufrido uno de los cambios más drásticos que la sociedad ha tenido que soportar en las últimas décadas, (además de novedoso): el confinamiento o reclusión social. En el pasado, solo una guerra había conseguido cambiar nuestro modo de vida de una forma tan radical. Pero los conflictos bélicos, de un modo u otro, son previsibles y no surgen de modo espontáneo como parece que ha sido esta situación. La crisis del coronavirus parece que ha venido a, primero, paralizar nuestros estilos de vida para después, y por lo que parece, cambiarlos pero… ¿Estamos preparados para acometer estos cambios?
En el siguiente artículo, daremos unas pautas psicológicas para ayudaros a sobrellevar y adaptar vuestras vidas a esta nueva condición de aislamiento social, impuesta por la alarma sanitaria a la que nos ha llevado este virus. Hemos de decir, que estas pautas están basadas en necesidades, consejos y procesos básicos de la psicología así como también, en nuestra experiencia como estudiantes de la UNED. Somos muchos los estudiantes de la UNED que, en temporadas de exámenes, realizamos “cuarentenas” o “semi-cuarentenas” (voluntario-forzosas) en las que la rutina, la disciplina o el aislamiento social son claves para una buena gestión del día a día y la consecución de objetivos. Como decimos muchos de los que estudiamos en la UNED: “los Unedianos estamos hechos de otra pasta”.
Por ello, trataremos de rescatar esas pautas y rutinas que a nosotros nos han funcionado tan bien y las compartiremos con vosotros para que les saquéis el máximo provecho, consigáis una óptima adaptación y, como no, protejáis vuestra salud psicológica para salir o permanecer en esto lo más reforzados y adaptados posible.
Muchos de vosotros ya habéis leído en diversidad de lugares que lo de mantener una rutina es muy importante. Es cierto, pero pocas veces se concreta lo que debemos hacer o cómo debemos proceder. Dentro de la rutina, que no es otra cosa que establecer unos hábitos (trabajo-estudio-resonsabilidades) y cumplirlos, yo incluiría otros puntos igualmente importantes y que dan cuerpo al día a día. Estas son nuestras recomendaciones:
Hacer una evaluación preliminar de nuestras obligaciones y elaborar con todo ello un calendario y un horario donde incluiremos temáticas, responsabilidades, descansos, tiempo con la familia… en fin, lo que cada uno evalúe que tiene que hacer y las responsabilidades que ha de cubrir en su día a día.
Vestirse y prepararse como si fuésemos a salir a la calle, como si nos fuesen a ver los de “fuera”. No debemos caer en la tentación de permanecer todo el día con el pijama o con ropa vieja puesta, eso, con el paso del tiempo, deprimirá nuestro estado de ánimo y cada vez nos veremos peor, lo que puede hacer que baje nuestra motivación y ganas y se instauren en nosotros estados de tristeza y desaliento.
Nuestra zona de trabajo ha de permanecer especialmente cuidada, como si estuviésemos de cara al público o clientes/usuarios. Es importante que mantengamos un orden y una disciplina férreas en la organización de nuestro espacio ya que éste nos hará sentirnos más eficaces y a gusto durante las jornadas.
No comer en la zona de trabajo. Respetar cada espacio y cada momento para lo que es, de este modo respetaremos la agenda que hemos elaborado y al hacerlo nos sentiremos mejor al tener retroalimentación de que se cumplen los objetivos.
Hacer pausas durante la jornada como haríamos un día de trabajo normal y tratar de no alargar de más la misma. Hay que evitar echar horas de más y no esclavizarse, debemos ser estrictos con los horarios tanto para “ponerse” como para “quitarse”.
Respetar siempre el horario de las comidas y el dedicado a la familia, o sea, el tiempo doméstico y familiar es igual de importante que los objetivos laborales.
No descuidar la alimentación, debemos ser especialmente cautos con la dieta ahora más que nunca. Además tenemos la mejor de las oportunidades para instaurar unos correctos hábitos alimenticios tanto en nosotros mismos como en los más pequeños.
Dedicar tiempo a nuestra imagen, no permitir que se descuide. Un día a la semana, o más (según cada uno necesite), es importante dedicarse un tiempo al cuidado y cariño de la imagen de uno mismo. Tomarse un tiempo para acicalarse, cortarse el pelo (quien lo haga en casa), afeitarse, ponerse mascarillas faciales, un baño de sales aromáticas… bueno lo que a cada uno le apetezca o le guste dentro de las posibilidades que pueda hacer. El objetivo es hacerse cada uno una sesión relajante y revitalizante a base de darse cariño y cuidados que solo nosotros mismos sabemos que necesitamos.
Hacer deporte. Es muy importante y sobre todo en condiciones de aislamiento y de poca actividad física que nos mantengamos lo más activos posible. Esto hará que nuestro organismo se mantenga fuerte y sano ayudando a nuestra salud psicológica y a nuestro sistema inmune a mantenerse fuertes. El deporte también tiene la facultad de provocar la liberación en el cerebro de las neurohormonas de la felicidad, lo que producirá estados de felicidad y relajación per se. Si disponemos de una cinta de andar, bici estática, elíptica, steps, etc… Podemos complementar la actividad visualizando videos de la naturaleza mientras nos ejercitamos, de este modo “engañaremos” a nuestro cerebro provocando la sensación de que hemos salido.
Meditación (Mindfulness). La meditación es una práctica que nos ayudará en muchísimas facetas de nuestro día a día. La práctica de la meditación diaria mejora el sistema inmune además de calmar nuestra mente y aquietar las emociones, (entre otras muchas cosas) lo cual nos vendrá muy bien como complemento a nuestra rutina.
Como podéis observar, para conseguir una buena rutina que sea eficaz, ésta ha de estar basada en la búsqueda del equilibrio entre la consecución de los objetivos académicos, laborales, familiares y personales para tratar de que nuestra salud psicológica no se vea afectada. No es sencillo aunque es asequible y totalmente alcanzable. Por otra parte también soy consciente de que mucha gente se ha visto obligada a cambiar casi al cien por cien sus hábitos de vida y lo que ello conlleva. Mi recomendación es que vayáis incluyendo poco a poco algunas de estas pautas en vuestra “rutina” y que vayáis observando cuáles se adaptan o no a vuestras necesidades, os aseguro que con el paso de los días os sentiréis más adaptados y mejor. Espero que estos consejos os sirvan de ayuda en esta nueva situación que nos está tocando manejar. Si tenéis alguna idea distinta que queráis compartir, dejadnos un mensaje en los comentarios de la entrada. Mucha suerte a todos y nos vemos en el próximo psi-consejo donde seguiremos ampliando pautas y consejos para nuestro día a día. Un abrazo al corazón! Antonio Álvarez Fabeiro Psicólogo de la Salud y Trastornos Mentales y del Comportamiento. Experto Universitario en Inteligencia Emocional. COL: G-6168
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